miércoles, 3 de octubre de 2012

Contagiando la risa que nace del verdadero gozo


Un acercamiento a la vida de Fernando Arau

Mexicanísimo como los mariachis, alegre como los latinos y sensible como los artistas. El multifacético Fernando Arau, a quien Hispanoamérica conoce por su talento y carisma, es el mismo a quien Dios está usando en escenarios del mundo para decirle a todo tipo de audiencias que la verdadera risa nace de aquel que tiene el gozo de conocer a Dios.

Fernando Arau nació inmerso en el talento. Si se considera que su padre es el director de cine Alfonso Arau, que su madre es la consagrada coreógrafa Magdalena Corona  y que sus hermanos son destacadas figuras del espectáculo, es entonces fácil entender una de las frases con las que Fernando hace reír a sus oyentes mientras empieza a contar su historia: "Yo no nací en una familia sino en un elenco". Y precisamente la vida volátil e inestable de los escenarios fue quizás la causa de que la familia de Fernando viviera una ruptura temprana. Sus padres se divorciaron cuando él tenía apenas cinco años de edad. Como él mismo lo relata, en casa de su abuela, donde terminó viviendo el resto de su infancia, se hablaba mucho de lo artístico pero no se mencionaba para nada a Dios "era una familia muy linda pero ahí no se hablaba de Dios. La palabra Dios no existía, nunca fuimos a la iglesia... nadie decía gracias a Dios, que Dios te bendiga, espero en Dios... ¡creo que ni cuando nos despedíamos decíamos adiós!".
Luces, cámara, acción
Ante la ausencia de la figura paterna y en medio de algunas carencias afectivas, el mundo del espectáculo ocupó todos los espacios. Desde los 18 años fue deslumbrado por las luces de los estudios de Televisa, en la Ciudad de México, a donde llegó inicialmente para musicalizar promociones. Se movió como pez en el agua y en calidad de aprendiz por diferentes instancias de la producción; desde lleva cables hasta editor. Sin embargo, lo que él quería estaba frente a las cámaras y su primera y breve oportunidad la tuvo como extra en una telenovela en la que curiosamente interpretaba a una viejita que caminaba a lo lejos. La inmadurez y algunas llegadas tarde a trabajar hicieron que perdiera ese primer empleo en la pantalla chica. Sin embargo las expectativas de Fernando rápidamente se desviaron hacia nuevos e interesantes ámbitos artísticos. Así, un buen día, decidió que su futuro estaba en el Rock & Roll y aceptó la invitación de su hermano Sergio para tocar (a veces el bajo, a veces la batería) en el grupo musical al que bautizaron "La Ley de Herodes".
En pleno delirio rockanrolero, se dejó llevar también por el arrebato del amor y se casó con Rosalinda, su esposa y su gran amor con quien ha construido una relación que ya ha durado 37 años.
Mientras aún exploraba los alcances de su talento, Fernando descubrió que tenía particular facilidad para todo lo relacionado con lo teatral. Así supo que era bueno para la mímica, disciplina artística con la que logró importantes reconocimientos y que durante algún tiempo se convirtió en el sustento para él y su familia en las épocas de vacas flacas.
Un mimo que salta a la televisión
Durante una fiesta para la que fue contratado como payaso, una persona se le acercó a Fernando y luego de elogiar su talento le propuso que ingresara al rutilante mundo de la televisión. Para Fernando más que la puerta de una segunda oportunidad, este chance prometía la posibilidad de alcanzar la fama. Empezaba la década de los años ochenta y así debutó en el programa "Noche a noche", espacio en el también se lanzaría al estrellato la actriz y cantante Verónica Castro. Sin embargo, Fernando alcanzaría su momento de fama dos años después como actor y guionista del programa "Cachún Cachún Ra Ra".
A partir de ese momento la carrera de Fernando Arau se disparó como cohete hacia el exclusivo firmamento de las estrellas  de farándula mexicanas. Además de figurar en las noticias del entretenimiento por sus intervenciones como actor, Fernando fue también destacado como presentador, director de concursos, escritor y hasta músico. En Televisa los créditos de diferentes producciones rodaron con su nombre por más de 22 años. Al mismo tiempo, hacían furor sus presentaciones en shows de cabaret, en los que innovó los stand-up comedy con originales rutinas que incluían pantomima.
Aunque gozaba de los elogios del público y la atención de los medios, el matrimonio de Fernando y Rosalinda no era inmune a las propiedades corrosivas de la fama. "De pronto me volví famoso y yo abrí muchas heridas en el corazón de mi esposa y de mis hijos por lo mismo, porque esa fama me deslumbró, pensaba que todo lo que brillaba era oro y me di cuenta que no".
Un encuentro para sanar las heridas
Mientras las luces del estrellato causan en algunos el delirio de que son dioses, en Fernando causaron heridas que lo hicieron sensible al llamado de Dios. Luego de trasladarse con su familia a los Estados Unidos, una casualidad divina lo llevó junto con su esposa a una iglesia en la que el predicador  anunció que oraría por las parejas que quisieran sanar las heridas de su pasado. Como alguien sediento que salta frente a la persona que le ofrece agua, Fernando llegó presuroso con Rosalinda al altar. Allí experimentó por primera vez el poder de la luz de Dios, bajo la cual ya no era el protagonista pero sí un hombre que empezó a entender el sentido de su vida.
Su encuentro con Dios fue el inicio de muchas transformaciones en las que poco a poco fue edificándose, sobre la figura pública, el hombre de Dios. Sin duda, las prioridades en su vida han cambiado y no procura el reconocimiento o los privilegios que en algún otro momento de su vida pudieron resultarle sumamente atractivos. Al verse al espejo encuentra en cambio a un ser humano más satisfecha consigo mismo y que ya tiene claro que el sufrimiento es consecuencia en gran medida de pretender congraciarse con otros, cuando la realización y la paz están en agradar a Dios.
Al finalizar súbitamente su participación en el programa matinal "Despierta América", de la cadena Univisión, Fernando Arau empezó a recibir un creciente número de invitaciones para compartir su testimonio y sus palabras  en conferencias, seminarios e iglesias.
"En estos últimos dos años y medio yo te puedo decir que literalmente he vivido de la mano de Dios". Tal afirmación no es sólo metafórica. En efecto, por cuenta de todo lo que Dios le ha inspirado y que se siente impulsado a compartir, Fernando ha visitado lugares en los que nunca imaginó estar.
"Llegó un momento en que dije... creo que esto es lo principal en mi vida". Como él mismo lo reconoce, compartir su fe a través de su talento parecía el "plan B" para complementar los tiempos de su vida. "Y en cierto momento Dios me confrontó y me dijo 'no es el plan B, esto es lo que yo quiero para ti'".
Fama con propósito
La fama ya no es el motivo de la discordia, especialmente en las relaciones con su familia. El talento y la fiebre por lo artístico no han cambiado para nada. La diferencia es que ahora son felices, como lo manifiesta Fernando. Hoy disfruta de una vida apacible en la que Rosalinda sigue siendo el amor de su vida y en la que sus hijos, y ahora, su nieto le deparan alegrías.
“Los hombres no somos tan emotivos como las mujeres pero sí me está encantando tener a mi nieto y más ahora que tenemos una relación muy buena. Él me ve y ya sabe que yo soy el desorden. A mí me ubica como en el desorden.”
No obstante, vida apacible no quiere decir inactiva. Muy por el contrario, Fernando Arau ha logrado ese equilibrio que es consecuencia de una relación con Dios y ahora asume todos sus retos con serenidad y entusiasmo a la vez. Ha aprendido a multiplicarse sin descuidar las cosas esenciales
"Soy consciente de la persona que tengo que ser y lucho para tratar de ser". Esta base de autenticidad ha sido el fundamento para preparar lo que bien podría catalogarse como espectáculos pero que en realidad se trata de oportunidades para compartir vida abundante. Muchas personas, entre risas y hasta llanto, han recibido en todo tipo de teatros y auditorios el mensaje del hombre al que identifican como comediante pero que al final es percibido como portador de noticias esperanzadoras.
“Yo veo como se empieza a quebrantar el teatro. Es un llamado imperceptible para ellos y empiezan a llorar. En un teatro, de tres mil personas se escucha la gente llorando muy fuerte. Es un ataque severo, una emboscada verdadera del Espíritu Santo. Él toma el teatro y las personas se empiezan a quebrantar. Esa conversión es por gracia.”
Luego de éxitos como  "Un viaje de subida", Fernando Arau prepara una nueva sorpresa para todo el público hispano a la que ya ha denominado "Risoterapia aplicada".
"Es un espectáculo que habla de la risoterapia. Y sí existe, un doctor americano que creó esta técnica a la que llamó así. Yo creo que la risa estimula. Está comprobado que las personas se sanan más rápido, se les baja el colesterol y se les quita el estrés".
Su nuevo show comienza con un tono sobrio y hasta serio en el que pone al día a los espectadores sobre qué las bondades de la risoterapia. Luego de los formalismos y la teoría, viene la práctica y el público vive en "risa propia" los beneficios de todo lo que comparte con tanta gracia Fernando, en su faceta de comediante.
"Durante todo el tiempo la gente se ríe mucho y es mi oportunidad para enseñarles cómo se produce la risa, cuántas técnicas hay: contar chistes, hacer payasadas, los juegos y el humor involuntario. Los últimos diez minutos de mi espectáculo es donde yo redirijo los cañones y aviento el mensaje fuerte".
Así como durante su paso por Televisa, Fernando demostró su capacidad para asumir varios roles de la producción televisiva, hoy su carácter multifacético sigue intacto y anhela servir al Señor en proyectos de variada naturaleza. Para él los medios siguen estando en su radar. "Yo quiero hacer televisión sana para toda la familia, algo que ya está a punto de extinguirse".
Animado por los frutos que ha cosechado en la restauración de sus relaciones familiares, Fernando usa parte de su tiempo para liderar el ministerio "Libres para amar", el cual contribuye a la restauración de matrimonios y familias.
“El matrimonio en sí es el reto de socialización mas grande que existe sobre el planeta tierra porque es un compromiso, un pacto de estar socializando. Un pacto de amar a una persona. Es muy difícil pero es muy agradable cuando se logra.”
Por si fuera poco, la vida y el tiempo le dan el margen suficiente para encabezar la Fundación Fernando Arau, dedicada a recolectar fondos para la atención de niños especiales que son abandonados en las calles. "Son niños que tienen autismo, síndrome de down y enfermedades graves ".
Muchas notas sensacionalistas en los medios que cubren el mundo del espectáculo dan cuenta de las tragedias personales de figuras públicas que "ríen por no llorar" como bien retrata una conocida canción de la música popular. El nuevo Fernando Arau, enseña dentro y fuera de los escenarios que es posible reír de verdad cuando el gozo de Dios alimenta la risa desde adentro.
"Yo pensé que era famosos por mi gran talento, mi encanto, mi gracia y mi carisma. Pero no, ahora entiendo y entendí  por qué Dios me ha preparado y me ha dado este talento, este carisma. Me ha preparado durante todos estos años como profesional para que a través de la risa me convierta en un predicador comediante... o quizás en un comediante predicador".

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