miércoles, 3 de octubre de 2012

Forjando un corazón íntegro ( Por: Claudia Pinzón)


A los justos los guía su integridad; a los falsos los destruye su hipocresía.
Proverbios 11:3

Si buscamos la palabra “integridad” en el diccionario, su significado es tan claro como el agua. Sólo por mencionar algunos de sus sinónimos, considera las siguientes palabras: honradez, rectitud, entereza, honestidad, decencia, lealtad, y honorabilidad, entre muchas otras que podrían citarse.

La amplitud y profundidad de este término nos reta a ser personas de corazón limpio. Sin embargo, responder con valentía y constancia a este desafío no suele ser fácil. Todos pasamos por  momentos en los que resulta más fácil ser deshonestos. Incluso, podemos llegar a  hacer cosas en contra de nuestros principios para guardar las apariencias y no quedar mal con los demás. Las malas influencias, la falta de fe y la salida fácil del engaño parecen alejarnos de ese paradigma de comportamiento que Jesús modeló para todos los que nos declaramos sus seguidores y en el que siempre será importante el buen testimonio.

Aunque los logros de nuestra vida sean sobresalientes, la falta de integridad es una mancha en la hoja de vida, perceptible por Dios y por nuestra propia conciencia, que tiene que lidiar con el vergonzoso peso de no haber actuado como corresponde a los creyentes genuinos.

Si al leer este panorama sientes que no quieres vivir más en ese nivel de mediocridad espiritual al que tantos ya se han acostumbrado, es momento de cobrar ánimo y tomar la siempre disponible ayuda de Dios para salir airosos de esas situaciones, presentes o venideras, en las que se pone a prueba el carácter. Este es el momento de decir “no más” y empezar una vida en la que es posible llevar la frente en alto. Esa nueva vida parte de una decisión que marcará el rumbo del resto de tu vida: decidir, de una vez por todas, caminar en integridad.

Dios va a respaldarte si tomas muy en serio el llamado que Él te hace a la integridad. Por eso, si quieres llegar a ser parte de la lista dorada de los íntegros y vivir en la plenitud que esa condición implica, es perentorio que asumas sin vacilaciones una actitud de rechazo a todo lo que  está mal, que conlleva corrupción o que de una u otra forma está en oposición a la luz de la palabra.

No vendas tu integridad a ningún precio y recupera ese lugar de dignidad al lado del Señor. Así, no sólo alegras el corazón de Dios sino que además establecerás un ejemplo a seguir, digno de admirar por tus hijos.

Una pauta de vida que te permitirá fluir con naturalidad en el camino de la integridad consiste en que pienses antes de actuar y midas las consecuencias prácticas y espirituales de la decisión que estás por tomar. Si es una decisión que marcará una diferencia en tu vida o en la de otros, asegúrate de hacer lo correcto delante de Dios.

El Señor está llamando a la integridad a todos sus hijos, de la misma forma como un general convoca a todos sus soldados. Si sientes que por actos o decisiones en tu vida el peso de las consecuencias no te deja moverte con facilidad hacia el frente, pídele perdón a Dios de corazón y Él aliviará tu carga y fortalecerá tu ser para que puedas correr nuevamente en la verdad. Ahora mismo, Él abre sus brazos y te quiere dar una oportunidad.

Aléjate de todo ahora mismo y haz una oración en la que reconozcas que ha sido difícil para ti resistir la influencia de la corrupción y el camino fácil. Exponle esas áreas de tu vida (relaciones personales, familia, trabajo) en las que la falta de integridad ha traído tinieblas y entrega en sus manos todas las situaciones que recuerdes. Pídele a su Santo Espíritu que te fortalezca para resistir y declárale tu compromiso para cambiar y convertirte en luz y sal; en una persona cuyo testimonio pueda afectar de manera positiva al mundo.

Sella hoy con el Señor ese compromiso y guarda tu corazón como el más preciado de los tesoros para que se mantenga en el vigor y la pureza de la integridad.

Si quieres profundizar más sobre éste y otros temas, te invito a leer mis libros “Un día a la vez” y “A solas con Dios”.  Búscame también en  www.claudiapinzon.com y escúchame cada mañana en Almavisión Radio, 87.7 FM, desde las 6:30 a.m.

Bendiciones,

Claudia Pinzón

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