miércoles, 3 de octubre de 2012

Defienda a sus hijos del Ciberbullying


Atentos a los peligros que acechan en la red

Las emboscadas de los bravucones de la clase o las bromas planeadas para conseguir un blanco de burlas ya no son situaciones exclusivas del patio de recreo en escuelas y colegios. El acoso se ha trasladado a internet, donde la crueldad de las agresiones está minando seriamente la autoestima de niños y adolescentes y los están llevando a niveles críticos de angustia que en algunos casos los han empujado al suicidio.
Como si se tratara de una gran ciudad, en la que convergen personas e ideas procedentes de todo el mundo, internet es un escenario de relacionamiento humano en el que yacen extraordinarias oportunidades pero también inquietantes peligros. Particularmente para los jóvenes y los niños, la red entraña algunos riesgos que ellos pueden aprender a sortear con éxito mientras cuenten con el apoyo y la asesoría de sus padres. Así como usted no dejaría ir a un niño pequeño solo al centro de una gran ciudad, sus hijos necesitan acompañamiento oportuno en la jungla cibernética, sobre todo ante una de las situaciones que más preocupan en la actualidad a educadores y psicólogos: el ciberbullying, también conocido como ciberacoso. Conozca en qué consiste y cómo confrontarlo.
Amenaza en las sombras.
El ciberbullying es una agresión sistemática, intencional y reiterada llevada a cabo por uno o varios individuos a través de las tecnologías de la información y la comunicación (internet y telefonía móvil principalmente).
Sus modalidades son crueles y precisas. Una de las más frecuentes consiste en el uso de las redes sociales para publicar imágenes o fotomontajes comprometedores que están por lo general acompañados de información falsa y difamatoria sobre la víctima. En algunos casos, valiéndose de sitios inescrupulosos  que llevan a cabo votaciones sobre la apariencia física de la gente, usan esas imágenes comprometedoras o alteradas para poner a personas indefensas ante el escarnio público.
Otro ataque típico de los acosadores ocurre cuando suplantan la identidad de alguien a quien conocen y firman en su nombre declaraciones ultrajantes o vergonzosas en foros y espacios de participación que son frecuentados por el suplantado y su círculo social. Esto suele lesionar gravemente su reputación y su autoestima.
El bombardeo de insultos a través de mensajes de texto o innumerables correos electrónicos que pueden colapsar el buzón de la víctima es otra de las caras del ciberbullying que junto con todas las anteriores, esconden su fealdad detrás del anonimato, fácil de lograr en cualquiera de los medios mencionados debido a los vacíos en el control a los números celulares o a la facilidad para crear cuentas ficticias de correo electrónico.
¿Están tus hijos siendo atacados?
Estar atentos a las señales de alerta, es el comienzo de la estrategia para enfrentar con éxito el problema del ciberbullying, por parte de padres y educadores. Si nota en niños o adolescentes señales como aislamiento repentino, estados depresivos frecuentes  o súbita aversión a interactuar con otros usando la tecnología, es tiempo de tener una charla amistosa para saber cómo está su salud emocional y las relaciones con sus amigos. Una baja notoria del rendimiento escolar suele estar asociada con el ciberacoso, así como la irritabilidad.
Apoyo incondicional, primer paso para derrotar al ciberacoso.
El derrumbe de la vida social en edades tempranas, por causa del ciberbullying, es algo que produce gran sufrimiento a quienes tienen que lidiar con él. Por esta razón, es importante que padres y educadores sepan aproximarse a los jóvenes o niños de quienes se sospecha que pueden estar siendo objeto de ataques. Generar confianza para abrir la comunicación es esencial.
Si en efecto, usted confirma que alguno de sus hijos está siendo ciberacosado, lo primero es que debe hacer es manifestarle su apoyo. Hágale sentir que no está solo con el problema y que juntos hallarán la manera de terminar con el sufrimiento. Paso seguido, instrúyale para que no responda a la provocación. Muchas veces el objetivo de los abusadores  consiste precisamente en obtener de sus víctimas respuestas emocionales que avivan su sed de ataque y que por lo general les proveen nuevo material para aferrarse aún más a su posición abusiva de poder.
Si el caso en particular está relacionado con la escuela o el colegio, acuda a las autoridades escolares para que conozcan la situación y ayuden a identificar a los perpetradores del acoso.
Para este fin, es muy importante que no se deshaga de los mensajes o cualquier otra evidencia de los ataques. Muchos padres, en su afán por librar a sus hijos del sufrimiento, los instan a borrar todo vestigio del acoso para que lo superen más rápido. No obstante, el mejor antídoto contra los abusadores en línea consiste en desenmascararlos y esto es posible a partir de las pruebas en las que autoridades y expertos en informática pueden hallar valiosas pistas. Resulta que, a la hora de la verdad, internet no es tan anónimo y es posible rastrear el origen de ciertas comunicaciones, como en el caso del correo electrónico. Aunque se usen nombres ficticios es posible identificar el domicilio donde está el servicio de internet usado por el atacante.
Cuando estas las acciones de los ciberacosadores hayan desencadenado episodios de angustia o depresión crónicas es fundamental asesorarse de un profesional en psicología que colabore en la recuperación de la confianza personal.
No pierda de vista el hecho de que en muchos casos el ciberacoso es una extensión del acoso real y físico que pueden estar enfrentando sus hijos de tiempo atrás. Evalúe cómo están sus relaciones con los compañeros de clase y mantenga un canal abierto con los educadores del centro docente para revisar constantemente el tema.
Prevenidos son menos vulnerables
Sean o no objetos de ataques, es muy importante la formación preventiva hacia sus hijos, de modo que ellos no solo eviten ser vulnerables sino también partícipes en las estrategias de difamación que se montan alrededor de estos casos. Instrúyalos de manera clara para que nunca participen de la injusticia ni de la aflicción hacia otros, así sea sólo como espectadores, recibiendo en silencio informaciones agresivas sobre otras personas. Por el contrario, anímeles a asumir una posición de defensa de su prójimo, teniendo siempre como guía una de las reglas de oro enunciadas por Jesús en Mateo 7:12: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos; porque esto es la ley y los profetas.”

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