miércoles, 3 de octubre de 2012

Estados unidos: rumbo a grandes hazañas en el fútbol mundial

El surgimiento de un gigante


Con discreción y bajo perfil, durante las últimas dos décadas el fútbol de los Estados Unidos no sólo ha ganado fortaleza y popularidad dentro de la nación norteamericana. Fuera de sus fronteras, las selecciones de "soccer" empiezan a tener destacadas figuraciones, en tanto que jugadores estadounidenses ya hacen parte de importantes clubes de fútbol europeo.

En términos deportivos, Estados Unidos parece estar en un universo a parte del resto del mundo. Mientras en el resto de América y Europa siguen con pasión la Fórmula 1 o el Tour de France, los estadounidenses no pierden de vista los pesados autos de la Nascar, los cascos que chocan en la NFL o las espectaculares maniobras bajo el aro por cuenta de los gigantes de la NBA. Sin embargo, en ese universo cerrado y singular, desde hace dos décadas comenzó abrirse paso una disciplina deportiva que ya no se puede ver por encima del hombro y que ondeando la bandera de las barras y las estrellas empieza a figurar en los podios internacionales: el fútbol. El verdadero fútbol.

Un nacimiento frustrado
Aunque para muchos el fútbol soccer (como se le conoce para diferenciarlo del fútbol americano) parece una moda surgida hace poco, lo cierto que sus comienzos se remontan a 1895 cuando la selección Estados Unidos enfrentó a su similar de Canadá. Al inaugurarse la historia de los mundiales de fútbol, los norteamericanos estuvieron presentes, goleando a Bélgica 3-0 durante su debut en la Copa Mundo de 1930. En ese mismo certamen, triunfó con igual marcador sobre la histórica selección de Paraguay. Cuando se apagaron las luces de la primera cita orbital, Estados Unidos brilló con luz propia, alcanzando el tercer lugar. En 1934 repitió su participación y luego de la pausa obligada de la Segunda Guerra Mundial, retornó en 1950 para derrotar a los inventores del fútbol, los ingleses, en un partido de antología que terminó 1 a 0. Todo parecía indicar que durante las décadas siguientes Estados Unidos grabaría su nombre en letras doradas junto a los grandes del balompié universal, pero lo inesperado se hizo presente en su destino.
1950-1990: Cuatro décadas de ausencia
La falta de unidad y de buen criterio organizativo para crear una liga fuerte y la dura competencia de otras disciplinas deportivas como el béisbol, que sí supieron organizarse desde la cuna, le restaron importancia al fútbol, cuyos modestos marcadores no parecían atractivos para las exigentes audiencias norteamericanas, acostumbradas a los 101-99 de los partidos de baloncesto y otros resultados abultados similares. Con mucho esfuerzo y poco apoyo la sequía mundialista de los Estados Unidos terminó en 1990 cuando participó en el mundial de Italia, aunque fue eliminado en la primera ronda y sin obtener ningún punto.
Por el buen camino desde USA 94
Una renovada liga nacional, el apoyo de Pelé y la decisiva participación de la Fifa, apostándole a la organización de la Copa del Mundo en 1994, hicieron reverdecer el entusiasmo por el fútbol estadounidense. En poco más de una década, la selección ha tenido progresos notables. Desde 1990, ha clasificado de manera consecutiva a todos los mundiales. Entre 1991 y 2011 ha disputado 8 finales de la Copa de Oro Concacaf y en la mitad de ellas ha sido campeona. Hace apenas dos años disputó de "tú a tú" la prestigiosa Copa Confederaciones de la Fifa, en la que logró el subcampeonato luego de darle una impresionante pelea a la poderosa selección de Brasil. Uno de sus jugadores de Sub20, Eddie Johnson, se llevó el trofeo al máximo goleador, luego de finalizar el mundial de la categoría que se llevó a cabo en Arabia, durante el 2003.
Ellas son goleadoras.
Si el fútbol de selección a nivel masculino se proyecta de manera prometedora, la rama femenina es ya una potencia del fútbol orbital. Desde 1991, año en el que comenzaron a jugarse los mundiales femeninos, las estadounidenses se han coronado campeonas en 2 ocasiones y han alcanzado un subcampeonato. Las jovencitas de la categoría sub 20 han ganado 2 de los cinco mundiales disputados, lo que es una muestra de la gran superioridad deportiva a nivel global, tan solo cuestionada por el buen nivel de las jugadoras alemanas, quienes ya se definen como sus rivales históricas.
Tras haber organizado dos mundiales (1994 masculino y 1999 femenino) y luego de la incursión exitosa de jugadores norteamericanos en las ligas de Inglaterra, Alemania, Francia, Italia y Portugal, el balompié de Estados Unidos parece haber resucitado en forma definitiva y hoy por hoy demuestra los índices de desarrollo más altos, a la par con el fútbol africano. Adicionalmente,  la población estadounidense de origen latino, que lleva el fútbol en la sangre, y que hoy sobrepasa los 50 millones de personas,  está consolidando un mercado de gran potencial para hacerlo financieramente viable y suficientemente atractivo para nuevas generaciones de deportistas. Con la llegada del técnico alemán Jürgen Klinsmann al banquillo de su dirección técnica, Estados Unidos se apresta a subir al siguiente nivel de la escala competitiva. Con la disciplina y estilo de juego que ha hecho tan exitosos a los alemanes, se espera contar con mejores argumentos futbolísticos para superar el difícil reto de clasificar al mundial de Brasil en el 2014.

0 comentarios:

Publicar un comentario