miércoles, 3 de octubre de 2012

10 lugares maravillosos para visitar en Alaska.

Sorpresas y belleza lo esperan en el norte.


Tierra de leyendas ancestrales; escenario de contrastes tan dramáticos como su frío extremo en invierno o la fiebre del oro que esculpió su historia. Esta es Alaska, un destino que aguarda por usted para sorprenderlo con lugares de belleza extraordinaria. Aquí le ofrecemos los 10 primeros para que se anime a iniciar allí su próxima aventura.
Intro: El inusual encuentro de dos océanos, el Pacífico y el Ártico,  es el marco perfecto para un destino turístico fuera de lo común. Alaska posee lo necesario para cautivar a aquellos que creen haberlo visto todo y desean ser sorprendidos con algo realmente nuevo. Aunque durante todo el año predominan las bajas temperaturas, Alaska le ofrece a sus visitantes cálidas experiencias en sus imponentes escenarios naturales. Allí es posible vivir días en los que no se oculta el sol, noches de luz multicolor creada por la magia de las auroras boreales y muchos otros prodigios que no se hallan en ningún otro lugar del planeta. Si la intención es alejarse de las vacaciones ruidosas y encontrar lugares silenciosos para disfrutar de nuevas sensaciones, solo o en familia, Alaska tiene mucho qué ofrecerle en sus apacibles lagos, en sus silenciosos bosques o en alguno de sus hermosos parques naturales.
Pese a tratarse de uno de los últimos confines habitados de la tierra, Alaska posee una infraestructura turística muy sólida, con una variada oferta de servicios para los viajeros, según sus preferencias e intereses. Quienes tienen grandes expectativas  relacionadas con la práctica de deportes extremos y esperan vivir la aventura de su vida emprendiendo alguna travesía en kayak, hallarán satisfactoria la oferta de paquetes de excursión que brindan operadores idóneos y comprometidos con la seguridad de sus clientes. Quienes tienen en mente algo más reposado y contemplativo, también hallarán fascinantes los destinos de Alaska donde podrán admirar sublimes paisajes que parecen suspendidos en el tiempo. No es fácil hacer una lista ideal de los sitios que no debe perderse cuando visite Alaska. Sin embargo a continuación le ofrecemos lo que bien podríamos llamar “un buen comienzo” a fin de que sepa por dónde empezar la exploración de esta región a la que seguramente querrá volver para descubrir más.
1. Islas Kodiak. Este cautivador archipiélago es hogar de una de las más poderosas especies de osos del planeta, que recibe de su hábitat su nombre y el cuál es apenas una muestra de la rica fauna que puede apreciarse en sus bosques y prados. Sus villas son como pequeños territorios que se quedaron anclados en otra época, pues en ellos es posible ver aún modalidades artesanales de pesca que sólo parecía posible ver en láminas de antiguos libros de historia.
2. Point Barrow. Sin duda uno de los lugares habitados más remotos del mundo, situado justo al borde del círculo polar ártico. Quienes lo han visitado, coinciden en afirmar que ir tan lejos vale totalmente la pena, tras extasiarse con el azul intenso y único de su cielo, que en ausencia del sol regala una de las más hermosas vistas de la bóveda celeste. Cuando la luz solar vence las largas noches invernales, es posible ver en las inmediaciones a enormes osos polares que juegan con sus crías en las caprichosas formas que se erigen en el hielo.
3. Fairbanks: Quienes desean vivir experiencias extremas sin alejarse demasiado de la seguridad y las ventajas modernas que ofrece la ciudad, encontrarán en Fairbanks un lugar perfecto para ponerse en contacto con lo mejor de Alaska. Su firmamento es adornado con frecuencia por los extravagantes y encendidos colores de las auroras boreales y le permite a los turistas vivir la experiencia de días que no terminan, durante la época de verano. En efecto, alrededor del 21 de junio, el sol se mueve como un carro de fuego que transita por el cielo, paralelo al horizonte, sin llegar a ocultarse, lo que da como resulta una jornada de 24 horas de luz para hacer lo inimaginable.
4. Parque Nacional Denali: Hogar del Monte McKinley, la montaña más alta de Norteamérica, esta privilegiada reserva natural ofrece más que aventuras para escaladores. Sin pretender conquistar las alturas, los visitantes pueden deleitarse con sus picos nevados o dedicar tiempo a capturar hermosas imágenes con sus cámaras al encontrarse con aves únicas como el águila dorada, el cisne de tundra o el pinzón de pino.
5. Parque Nacional Glacier Bay: No muy lejos de Juneau (otro hermosa ciudad de Alaska que sirve de enlace con fabulosos destinos) se encuentra esta fascinante reserva natural a la que se puede acceder solo por vía aérea y en algunas veranos por ferry. Los glaciares que descienden por las montañas hacia la bahía crean espectaculares formas que irrumpen con su blancura en el verde profundo de los bosques circundantes. En las fronteras marítimas del parque es posible ver orcas, delfines y otros mamíferos marinos que llenan de frenética actividad las frías aguas costeras.
6. Islas Aleutian: Como si se trataran de pequeñas perlas de un collar roto, las Islas Aleutian se desparraman por el brazo más oceánico de Alaska. Sus formaciones volcánicas están coronadas con vistosas diademas de nieve que compiten en belleza con las multitud de aves marinas que es posible avistar durante todo el día, especialmente en el Refugio Nacional de Vida Salvaje que existe en el archipiélago.
7. Anchorage: La Capital del Estado de Alaska parece tener lo mejor de dos mundos: las comodidades y ventajas propias de la ciudad y el ambiente pacífico y despreocupado de las pequeñas villas que son usuales en todo el territorio. El frío nunca ha impedido el florecimiento de su vibrante actividad social y cultural y el clima de convivencia que se vive en sus calles hace que hasta los alces se sientan a gusto.
8. Parque Nacional Wrangell-St.Elias: dos excelentes carreteras comunican a este espectacular parque con Anchorage y antes de completar el trayecto ya es posible apreciar la belleza de 16 altísimos picos que dominan el horizonte. Fragmentos de historia muy bien preservados esperan a los visitantes que puedan arribar a Kennecott Mines, lugar que durante mucho tiempo fue epicentro de la explotación aurífera de lo que antes fue un terreno completamente inhóspito.
9. Whittier: Esta pequeña ciudad al sur de Alaska posee un puerto cuya importancia es clave para la navegación y cuyo encanto se percibe en la bruma que abraza a los pequeños botes y yates anclados en su marina. El tren es uno de sus  más ilustres protagonistas porque su paso recuerda que en Whittier se extiende el segundo túnel más largo de Norteamérica con algo más de 4 kilómetros de longitud. Una vez fuera de las entrañas de la tierra, el paseo ferroviario se torna aún más interesante, entre pinos elevados y praderas apacibles.
10. Skagway: Los que en otra época fueron caminos recorridos por quienes viajaban de las costas hacia las minas de oro, hoy son maravillosos senderos para la contemplación de lo más representativo de la fauna y flora de Alaska. Esto y mucho más espera a los visitantes que se den una oportunidad en Skagway, un pequeño poblado en el que es posible conectarse con los mejores sitios para acampar o para practicar senderismo, campismo y travesía en kayak.

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