Sorpresas y belleza lo esperan en el norte.
Tierra de
leyendas ancestrales; escenario de contrastes tan dramáticos como su frío
extremo en invierno o la fiebre del oro que esculpió su historia. Esta es
Alaska, un destino que aguarda por usted para sorprenderlo con lugares de
belleza extraordinaria. Aquí le ofrecemos los 10 primeros para que se anime a
iniciar allí su próxima aventura.
Intro: El
inusual encuentro de dos océanos, el Pacífico y el Ártico, es el marco perfecto para un destino turístico
fuera de lo común. Alaska posee lo necesario para cautivar a aquellos que creen
haberlo visto todo y desean ser sorprendidos con algo realmente nuevo. Aunque
durante todo el año predominan las bajas temperaturas, Alaska le ofrece a sus
visitantes cálidas experiencias en sus imponentes escenarios naturales. Allí es
posible vivir días en los que no se oculta el sol, noches de luz multicolor
creada por la magia de las auroras boreales y muchos otros prodigios que no se
hallan en ningún otro lugar del planeta. Si la intención es alejarse de las
vacaciones ruidosas y encontrar lugares silenciosos para disfrutar de nuevas
sensaciones, solo o en familia, Alaska tiene mucho qué ofrecerle en sus
apacibles lagos, en sus silenciosos bosques o en alguno de sus hermosos parques
naturales.
Pese a tratarse de uno de los últimos confines habitados
de la tierra, Alaska posee una infraestructura turística muy sólida, con una
variada oferta de servicios para los viajeros, según sus preferencias e
intereses. Quienes tienen grandes expectativas
relacionadas con la práctica de deportes extremos y esperan vivir la
aventura de su vida emprendiendo alguna travesía en kayak, hallarán
satisfactoria la oferta de paquetes de excursión que brindan operadores idóneos
y comprometidos con la seguridad de sus clientes. Quienes tienen en mente algo
más reposado y contemplativo, también hallarán fascinantes los destinos de
Alaska donde podrán admirar sublimes paisajes que parecen suspendidos en el
tiempo. No es fácil hacer una lista ideal de los sitios que no debe perderse
cuando visite Alaska. Sin embargo a continuación le ofrecemos lo que bien
podríamos llamar “un buen comienzo” a fin de que sepa por dónde empezar la
exploración de esta región a la que seguramente querrá volver para descubrir
más.
1. Islas Kodiak. Este cautivador archipiélago es hogar de
una de las más poderosas especies de osos del planeta, que recibe de su hábitat
su nombre y el cuál es apenas una muestra de la rica fauna que puede apreciarse
en sus bosques y prados. Sus villas son como pequeños territorios que se
quedaron anclados en otra época, pues en ellos es posible ver aún modalidades
artesanales de pesca que sólo parecía posible ver en láminas de antiguos libros
de historia.
2. Point Barrow. Sin duda uno de los lugares habitados
más remotos del mundo, situado justo al borde del círculo polar ártico. Quienes
lo han visitado, coinciden en afirmar que ir tan lejos vale totalmente la pena,
tras extasiarse con el azul intenso y único de su cielo, que en ausencia del
sol regala una de las más hermosas vistas de la bóveda celeste. Cuando la luz
solar vence las largas noches invernales, es posible ver en las inmediaciones a
enormes osos polares que juegan con sus crías en las caprichosas formas que se
erigen en el hielo.
3. Fairbanks: Quienes desean vivir experiencias extremas
sin alejarse demasiado de la seguridad y las ventajas modernas que ofrece la
ciudad, encontrarán en Fairbanks un lugar perfecto para ponerse en contacto con
lo mejor de Alaska. Su firmamento es adornado con frecuencia por los
extravagantes y encendidos colores de las auroras boreales y le permite a los
turistas vivir la experiencia de días que no terminan, durante la época de
verano. En efecto, alrededor del 21 de junio, el sol se mueve como un carro de
fuego que transita por el cielo, paralelo al horizonte, sin llegar a ocultarse,
lo que da como resulta una jornada de 24 horas de luz para hacer lo inimaginable.
4. Parque Nacional Denali: Hogar del Monte McKinley, la
montaña más alta de Norteamérica, esta privilegiada reserva natural ofrece más
que aventuras para escaladores. Sin pretender conquistar las alturas, los
visitantes pueden deleitarse con sus picos nevados o dedicar tiempo a capturar
hermosas imágenes con sus cámaras al encontrarse con aves únicas como el águila
dorada, el cisne de tundra o el pinzón de pino.
5. Parque Nacional Glacier Bay: No muy lejos de Juneau
(otro hermosa ciudad de Alaska que sirve de enlace con fabulosos destinos) se
encuentra esta fascinante reserva natural a la que se puede acceder solo por
vía aérea y en algunas veranos por ferry. Los glaciares que descienden por las
montañas hacia la bahía crean espectaculares formas que irrumpen con su
blancura en el verde profundo de los bosques circundantes. En las fronteras
marítimas del parque es posible ver orcas, delfines y otros mamíferos marinos
que llenan de frenética actividad las frías aguas costeras.
6. Islas Aleutian: Como si se trataran de pequeñas perlas
de un collar roto, las Islas Aleutian se desparraman por el brazo más oceánico
de Alaska. Sus formaciones volcánicas están coronadas con vistosas diademas de
nieve que compiten en belleza con las multitud de aves marinas que es posible
avistar durante todo el día, especialmente en el Refugio Nacional de Vida
Salvaje que existe en el archipiélago.
7. Anchorage: La Capital del Estado de Alaska parece
tener lo mejor de dos mundos: las comodidades y ventajas propias de la ciudad y
el ambiente pacífico y despreocupado de las pequeñas villas que son usuales en
todo el territorio. El frío nunca ha impedido el florecimiento de su vibrante
actividad social y cultural y el clima de convivencia que se vive en sus calles
hace que hasta los alces se sientan a gusto.
8. Parque Nacional Wrangell-St.Elias: dos excelentes
carreteras comunican a este espectacular parque con Anchorage y antes de
completar el trayecto ya es posible apreciar la belleza de 16 altísimos picos
que dominan el horizonte. Fragmentos de historia muy bien preservados esperan a
los visitantes que puedan arribar a Kennecott Mines, lugar que durante mucho
tiempo fue epicentro de la explotación aurífera de lo que antes fue un terreno
completamente inhóspito.
9. Whittier: Esta pequeña ciudad al sur de Alaska posee
un puerto cuya importancia es clave para la navegación y cuyo encanto se
percibe en la bruma que abraza a los pequeños botes y yates anclados en su
marina. El tren es uno de sus más
ilustres protagonistas porque su paso recuerda que en Whittier se extiende el
segundo túnel más largo de Norteamérica con algo más de 4 kilómetros de
longitud. Una vez fuera de las entrañas de la tierra, el paseo ferroviario se
torna aún más interesante, entre pinos elevados y praderas apacibles.
10. Skagway: Los que en otra época fueron caminos
recorridos por quienes viajaban de las costas hacia las minas de oro, hoy son
maravillosos senderos para la contemplación de lo más representativo de la
fauna y flora de Alaska. Esto y mucho más espera a los visitantes que se den
una oportunidad en Skagway, un pequeño poblado en el que es posible conectarse
con los mejores sitios para acampar o para practicar senderismo, campismo y
travesía en kayak.
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