miércoles, 3 de octubre de 2012

Cómo crear una marca alrededor de su nombre

El arte de atribuirle valor a su propia imagen está a su alcance


Del mismo modo como vienen a su mente imágenes y sensaciones relacionadas con marcas mundiales como Coca-Cola, Mercedes Benz, Benetton, usted puede crear alrededor de su propio nombre valor, recordación y reputación. Usted puede ser su propia marca.

Atrás quedaron los tiempos de las cartas escritas a mano, de los automóviles familiares que permanecía en una familia durante más de 20 años y de las largas carreras profesionales que transcurrían en una sola empresa hasta ver la meta final de la jubilación, al cabo de tres décadas. El mundo se hizo más rápido, más cambiante y en cierta forma más inestable, especialmente en lo que tiene que ver con la dinámica laboral. Ante los retos e incertidumbres que plantea esa inestabilidad, hombres y mujeres en todo el mundo están iniciando la aventura del emprendimiento, la cual les llevan por el camino de la fundación de sus propias empresas o bien por el competitivo sendero de los profesionales independientes, llamados también “autónomos” o “freelance”.
Por esta razón, durante la última década ha ganado tanto auge el concepto del personal branding o construcción de la marca personal, como una serie de acciones y estrategias que permiten a individuos crear valor alrededor de su propio nombre.

¿Cuánto vale una marca?
Si hoy Apple vendiera todos sus activos, el dinero obtenido por la venta no alcanzaría para superar el valor de su bien más valioso: su nombre. En efecto, al finalizar el 2011, la marca registrada Apple valía la astronómica suma de 153.285 millones de dólares, cifra que también equivale a decir que, con respecto al 2010, aumentó su valor en un impresionante 84%. El logo de la manzanita es para muchos consumidores de productos electrónicos en el mundo sinónimo de confiabilidad, innovación y hasta exclusividad. Luego de alcanzar la cima de la buena reputación, la venta de sus productos está garantizada en virtud del buen nombre que se ha labrado.
El impacto de una marca es también poderoso en el ámbito personal. Charlie Sheen, el actor que alcanzara la cima de su popularidad con la serie de televisión Two and a half men, decidió abrir su cuenta en Twitter y en cuestión de sólo dos días consiguió 1.5 millones de seguidores. Su nombre es una marca tan seguida y observada que no tardaron en aparecer ofertas como la de Internships.com, una innovadora  bolsa de empleo en internet que pagó una cantidad millonaria a Sheen para que los mencionara en uno de sus tweets, donde afirmaba que estudiaba hojas de vida para contratar a un asistente. Para muchos expertos el valor de la marca “Charlie Sheen” generó el que se considera hasta hoy el tweet más caro de la historia.
Si bien las figuras de la farándula tienen consigo la ventajosa cobertura de muchos medios, todas ellas empezaron en algún momento desde cero y tuvieron que poner el primer ladrillo de una marca que no existía. Gracias al libre acceso a la tecnología y a las comunicaciones globalizadas esa oportunidad también está a su alcance.

Usted es especial e irrepetible
La construcción de una marca personal nace de un primer acto de fe sin el cual nada de lo que intente construir posteriormente se sostendrá. Ese acto consiste, sencillamente, en convencerse a usted mismo de que es valioso y de que será capaz de destacarse en el campo en el que se siente llamado a ser exitoso. Muy ligado con esa primera piedra de confianza está el hecho -que ya debería dar por descontado-  de sentir una consumidora pasión por  lo que hace. Sin esa pasión será muy difícil alcanzar el impulso que necesita  para remontar vuelo sobre los obstáculos. Tal como lo afirma el experto internacional sobre este tema, Dan Schawbel, “una marca personal consiste en descubrir certezas y particularidades de uno mismo y transmitirlas a otros”.  En pocas palabras su marca personal es un proceso en el que usted comunica a otros quién es, cuál es su valor y por qué deben tenerlo en cuenta.

Primer paso: defínase
Encuentre lo excepcional, lo destacado y lo fuerte en usted porque a partir de ese inventario construirá la imagen que lo puede llevar al éxito. Si usted no sabe quién es ni qué ofrece ni cuáles son sus aspectos diferenciadores en relación con la competencia, con seguridad nadie más se lo dirá. Bien sea que usted gestione su marca personal para competir por cargos especializados en una compañía o intente ganar contratos como profesional independiente, es esencial que ante su público objetivo sea nítida la definición de su imagen personal.
Aunque este paso requiere precisión y firmeza, definir la propia imagen no es un proceso acabado. En su viaje de descubrimiento personal quizás conozca sus fortalezas pero también sus debilidades. No se concentre en lo negativo pero trabaje paralelamente en los puntos que necesitan ser reforzados para aumentar su tanto su valor como su confianza.
Como si se tratara de un escultor de sí mismo, cuide los detalles de su propia creación. Recuerde que una imagen vale más que mil palabras y una presentación personal impecable a la hora de conocer a sus prospectos es determinante para que sea tomado en serio. Como el ya citado Dan Schawbel revela, hay varias investigaciones en las que se concluye que se necesitan menos de 30 segundos para que alguien se forme una imagen sobre usted, al conocerlo por primera vez. Si la primera impresión resultó  negativa, será  necesario que interactúe con esa persona por lo menos 21 veces a fin de lograr cambiar la percepción  deficiente que se creó alrededor de su nombre.

Paso 2: reinvéntese a través de su marca
Si ya sabe quién es, proyéctelo. Empiece por  hacer una hoja de vida sólida, con datos concretos que expongan de manera clara sus habilidades y sobre todo sus logros. Este documento, además de su carta de presentación, debe ser la base sólida sobre la cual responda  las entrevistas que deberá afrontar para pasar rigurosos procesos de selección o bien para ganar los puntos que necesita, a fin de convertirse en contratista de los clientes que tenga en la mira. Si cuenta con algún presupuesto o con la ayuda de un diseñador gráfico, cree su propio logo y haga tarjetas de presentación personal.

Paso 3: Dígalo a los cuatro vientos
Si tiene claro que va a proyectar, difúndalo. Una marca personal que no se da a conocer es como un poderoso auto que no tiene gasolina y que por lo tanto no puede moverse. Para que su nombre empiece a ser conocido, comentado y citado es importante que haga uso de ciertos recursos que, por fortuna, no requieren de cuantiosas inversiones publicitarias. Para comenzar, dele fortaleza a su red de contactos. Seguramente usted conoció a muchas personas en su época de estudiante o alguien en su familia está vinculado con alguna compañía de su interés. Reviva y fortalezca esos contactos, participe activamente de las actividades sociales en las que pueda interactuar e incluso establecer vínculos con nuevas personas, porque está demostrado que la gesta de hacer crecer una marca personal éstos son fundamentales. Aunque las empresas hagan públicas las vacantes por las que podrán concursar aspirantes calificados, es un hecho innegable que las mejores posibilidades estarán a favor de quienes tienen alguna relación o referencia con los seleccionadores.
Aproveche aniversarios de graduación o encuentros de su gremio para ponerse en contacto con buenos amigos, recordar viejos tiempos y dar a conocer su nueva imagen. No imagina cuántas oportunidades puede haber detrás de las conversaciones informales.
Como dice el exitoso slogan de una campaña publicitaria, “no hay tal cosa como los extraños sino gente que aún tiene por conocer”. En nuestro siglo esta afirmación es más cierta que nunca, porque ahora usted dispone de la tecnología para ampliar su red de contactos y llegar con su imagen a un número indeterminado de personas. ¿Ha hecho el ejercicio de buscarse en Google? Si al efectuar la búsqueda usted no aparece o sus rastros se encuentran sumergidos bajo miles de nombres, es tiempo de que fortalezca su presencia en las redes sociales, especialmente Facebook, Twitter y LinkedIn. Es asombroso constatar que cada vez más empresas reclutadoras de talentos recurren a las redes sociales para saber más sobre sus candidatos. Incluso algunas ya han prescindido de las entrevistas personales y en cambio piden a sus prospectos presentaciones en video y otras piezas de promoción multimedia.
Considere también la posibilidad de iniciar su propio blog y exponga sus ideas sobre el campo que lo apasiona y en el cual usted puede llegar a ser considerado una autoridad. Si ofrece servicios específicos invierta tiempo en hacer una página web con el catálogo de sus servicios y un portafolio donde sean visibles sus logros.
Todas estas estrategias y muchas más tiene un objetivo claro, tal como ocurre con las grandes marcas: posicionarlo a usted como una persona de valor, que debe ser tenida en cuenta en el mercado al cual apunta.

Paso 4: Sosténgase y busque nuevas cimas para escalar
Si ya están hablando de usted,  manténgase vigente. Publique al menos dos entradas semanales en su blog, no abandone sus cuentas en las redes sociales y dedique tiempo a estar atento a lo que otros publican, especialmente tratándose de aquellas personas que tienen afinidad con su actividad profesional o que representan para usted un modelo a seguir. En este nivel, comente constantemente las publicaciones de otros, interactúe con ellos, invítelos a  escribir en su espacio. No se quede estático y manténgase al día con las noticias y avances que corresponden a su rango de intereses. Siempre que reciba comentarios, mensajes y comunicaciones personales, respóndalas con cordialidad. Nunca olvide que su marca es usted y que las personas que le contacten como resultado del brillo de sus estrategias esperan encontrar al final del destello a un ser humano de carne y hueso, comprometido con sus expectativas a través de una comunicación cálida y personal.

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