El arte de atribuirle valor a su propia imagen está a
su alcance
Del mismo modo como vienen a su mente imágenes y
sensaciones relacionadas con marcas mundiales como Coca-Cola, Mercedes Benz,
Benetton, usted puede crear alrededor de su propio nombre valor, recordación y
reputación. Usted puede ser su propia marca.
Atrás quedaron los
tiempos de las cartas escritas a mano, de los automóviles familiares que
permanecía en una familia durante más de 20 años y de las largas carreras
profesionales que transcurrían en una sola empresa hasta ver la meta final de
la jubilación, al cabo de tres décadas. El mundo se hizo más rápido, más
cambiante y en cierta forma más inestable, especialmente en lo que tiene que
ver con la dinámica laboral. Ante los retos e incertidumbres que plantea esa
inestabilidad, hombres y mujeres en todo el mundo están iniciando la aventura
del emprendimiento, la cual les llevan por el camino de la fundación de sus
propias empresas o bien por el competitivo sendero de los profesionales
independientes, llamados también “autónomos” o “freelance”.
Por esta razón,
durante la última década ha ganado tanto auge el concepto del personal branding o construcción de la marca
personal, como una serie de acciones y estrategias que permiten a individuos
crear valor alrededor de su propio nombre.
¿Cuánto vale una marca?
Si hoy Apple
vendiera todos sus activos, el dinero obtenido por la venta no alcanzaría para
superar el valor de su bien más valioso: su nombre. En efecto, al finalizar el
2011, la marca registrada Apple valía la astronómica suma de 153.285 millones
de dólares, cifra que también equivale a decir que, con respecto al 2010,
aumentó su valor en un impresionante 84%. El logo de la manzanita es para
muchos consumidores de productos electrónicos en el mundo sinónimo de
confiabilidad, innovación y hasta exclusividad. Luego de alcanzar la cima de la
buena reputación, la venta de sus productos está garantizada en virtud del buen
nombre que se ha labrado.
El impacto de una
marca es también poderoso en el ámbito personal. Charlie Sheen, el actor que
alcanzara la cima de su popularidad con la serie de televisión Two and a half men, decidió abrir su
cuenta en Twitter y en cuestión de sólo dos días consiguió 1.5 millones de
seguidores. Su nombre es una marca tan seguida y observada que no tardaron en
aparecer ofertas como la de Internships.com, una innovadora bolsa de empleo en internet que pagó una
cantidad millonaria a Sheen para que los mencionara en uno de sus tweets, donde
afirmaba que estudiaba hojas de vida para contratar a un asistente. Para muchos
expertos el valor de la marca “Charlie Sheen” generó el que se considera hasta
hoy el tweet más caro de la historia.
Si bien las figuras
de la farándula tienen consigo la ventajosa cobertura de muchos medios, todas
ellas empezaron en algún momento desde cero y tuvieron que poner el primer
ladrillo de una marca que no existía. Gracias al libre acceso a la tecnología y
a las comunicaciones globalizadas esa oportunidad también está a su alcance.
Usted es especial e irrepetible
La construcción de
una marca personal nace de un primer acto de fe sin el cual nada de lo que
intente construir posteriormente se sostendrá. Ese acto consiste, sencillamente,
en convencerse a usted mismo de que es valioso y de que será capaz de
destacarse en el campo en el que se siente llamado a ser exitoso. Muy ligado
con esa primera piedra de confianza está el hecho -que ya debería dar por
descontado- de sentir una consumidora pasión
por lo que hace. Sin esa pasión será muy
difícil alcanzar el impulso que necesita
para remontar vuelo sobre los obstáculos. Tal como lo afirma el experto
internacional sobre este tema, Dan Schawbel, “una marca personal consiste en
descubrir certezas y particularidades de uno mismo y transmitirlas a
otros”. En pocas palabras su marca
personal es un proceso en el que usted comunica a otros quién es, cuál es su
valor y por qué deben tenerlo en cuenta.
Primer paso: defínase
Encuentre lo
excepcional, lo destacado y lo fuerte en usted porque a partir de ese
inventario construirá la imagen que lo puede llevar al éxito. Si usted no sabe
quién es ni qué ofrece ni cuáles son sus aspectos diferenciadores en relación
con la competencia, con seguridad nadie más se lo dirá. Bien sea que usted
gestione su marca personal para competir por cargos especializados en una
compañía o intente ganar contratos como profesional independiente, es esencial
que ante su público objetivo sea nítida la definición de su imagen personal.
Aunque este paso
requiere precisión y firmeza, definir la propia imagen no es un proceso
acabado. En su viaje de descubrimiento personal quizás conozca sus fortalezas
pero también sus debilidades. No se concentre en lo negativo pero trabaje
paralelamente en los puntos que necesitan ser reforzados para aumentar su tanto
su valor como su confianza.
Como si se tratara
de un escultor de sí mismo, cuide los detalles de su propia creación. Recuerde
que una imagen vale más que mil palabras y una presentación personal impecable
a la hora de conocer a sus prospectos es determinante para que sea tomado en
serio. Como el ya citado Dan Schawbel revela, hay varias investigaciones en las
que se concluye que se necesitan menos de 30 segundos para que alguien se forme
una imagen sobre usted, al conocerlo por primera vez. Si la primera impresión resultó negativa, será necesario que interactúe con esa persona por
lo menos 21 veces a fin de lograr cambiar la percepción deficiente que se creó alrededor de su
nombre.
Paso 2: reinvéntese a través de su marca
Si ya sabe quién
es, proyéctelo. Empiece por hacer una
hoja de vida sólida, con datos concretos que expongan de manera clara sus
habilidades y sobre todo sus logros. Este documento, además de su carta de
presentación, debe ser la base sólida sobre la cual responda las entrevistas que deberá afrontar para
pasar rigurosos procesos de selección o bien para ganar los puntos que necesita,
a fin de convertirse en contratista de los clientes que tenga en la mira. Si
cuenta con algún presupuesto o con la ayuda de un diseñador gráfico, cree su
propio logo y haga tarjetas de presentación personal.
Paso 3: Dígalo a los cuatro vientos
Si tiene claro que
va a proyectar, difúndalo. Una marca personal que no se da a conocer es como un
poderoso auto que no tiene gasolina y que por lo tanto no puede moverse. Para
que su nombre empiece a ser conocido, comentado y citado es importante que haga
uso de ciertos recursos que, por fortuna, no requieren de cuantiosas
inversiones publicitarias. Para comenzar, dele fortaleza a su red de contactos.
Seguramente usted conoció a muchas personas en su época de estudiante o alguien
en su familia está vinculado con alguna compañía de su interés. Reviva y
fortalezca esos contactos, participe activamente de las actividades sociales en
las que pueda interactuar e incluso establecer vínculos con nuevas personas,
porque está demostrado que la gesta de hacer crecer una marca personal éstos
son fundamentales. Aunque las empresas hagan públicas las vacantes por las que
podrán concursar aspirantes calificados, es un hecho innegable que las mejores
posibilidades estarán a favor de quienes tienen alguna relación o referencia con
los seleccionadores.
Aproveche
aniversarios de graduación o encuentros de su gremio para ponerse en contacto
con buenos amigos, recordar viejos tiempos y dar a conocer su nueva imagen. No
imagina cuántas oportunidades puede haber detrás de las conversaciones
informales.
Como dice el
exitoso slogan de una campaña publicitaria, “no hay tal cosa como los extraños
sino gente que aún tiene por conocer”. En nuestro siglo esta afirmación es más
cierta que nunca, porque ahora usted dispone de la tecnología para ampliar su
red de contactos y llegar con su imagen a un número indeterminado de personas.
¿Ha hecho el ejercicio de buscarse en Google? Si al efectuar la búsqueda usted
no aparece o sus rastros se encuentran sumergidos bajo miles de nombres, es
tiempo de que fortalezca su presencia en las redes sociales, especialmente
Facebook, Twitter y LinkedIn. Es asombroso constatar que cada vez más empresas
reclutadoras de talentos recurren a las redes sociales para saber más sobre sus
candidatos. Incluso algunas ya han prescindido de las entrevistas personales y
en cambio piden a sus prospectos presentaciones en video y otras piezas de
promoción multimedia.
Considere también
la posibilidad de iniciar su propio blog y exponga sus ideas sobre el campo que
lo apasiona y en el cual usted puede llegar a ser considerado una autoridad. Si
ofrece servicios específicos invierta tiempo en hacer una página web con el
catálogo de sus servicios y un portafolio donde sean visibles sus logros.
Todas estas
estrategias y muchas más tiene un objetivo claro, tal como ocurre con las
grandes marcas: posicionarlo a usted como una persona de valor, que debe ser
tenida en cuenta en el mercado al cual apunta.
Paso 4: Sosténgase y busque nuevas cimas para escalar
Si ya están
hablando de usted, manténgase vigente.
Publique al menos dos entradas semanales en su blog, no abandone sus cuentas en
las redes sociales y dedique tiempo a estar atento a lo que otros publican,
especialmente tratándose de aquellas personas que tienen afinidad con su
actividad profesional o que representan para usted un modelo a seguir. En este
nivel, comente constantemente las publicaciones de otros, interactúe con ellos,
invítelos a escribir en su espacio. No
se quede estático y manténgase al día con las noticias y avances que
corresponden a su rango de intereses. Siempre que reciba comentarios, mensajes
y comunicaciones personales, respóndalas con cordialidad. Nunca olvide que su
marca es usted y que las personas que le contacten como resultado del brillo de
sus estrategias esperan encontrar al final del destello a un ser humano de
carne y hueso, comprometido con sus expectativas a través de una comunicación
cálida y personal.
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