De templo
evangélico venido a menos a centro cultural para promover valores. Así puede
resumirse la historia de la casona en la que hoy desarrolla sus actividades el
Centro Cultural Luz Urbana, un proyecto que aprovecha el espacio que le ha sido
confiado a un grupo de personas talentosas para seguir hablando de Dios aunque de formas
poco convencionales.
El centro Luz
Urbana fue concebido en Córdoba, Argentina, con el fin brindarles a los jóvenes
un espacio para manifestar su experiencia con Jesús y sus valores cristianos a
través del lenguaje universal del arte. Por esta razón Luz Urbana no sólo acoge
a cristianos sino a también a todos las personas que desean tener una
aproximación al cristianismo, desde una perspectiva cultural.
La aceptación
de este espacio de encuentro que ya cumple un año es inesperada aunque muy
satisfactoria. La variedad de su programación convoca desde los cuatro puntos
cardinales a jóvenes cordobeses, quienes tienen a disposición una completa
agenda de actividades entre las que se destacan recitales, talleres de teatro y
danza, ciclos de cine, seminarios sobre arte, exposiciones fotográficas y
conversatorios sobre literatura. De forma permanente, Luz Urbana ofrece también
un club de inglés y cursos de fundamentación artística.
Desde el punto
de vista de las relaciones interpersonales, el centro cultural cumple una
función social importante, pues se ha consolidado como un sitio de encuentro al
cual acuden jóvenes universitarios y
profesionales en la búsqueda de establecer relaciones de amistad con personas
que profesan su misma fe y comparten afinidad con las manifestaciones
artísticas. En la misma línea, Luz Urbana se ha convertido en un lugar para el
intercambio y enriquecimiento de jóvenes artistas cristianos quienes además
afianzan sus raíces espirituales.
Sin embargo,
como bien lo afirma Edgardo Kasselian, miembro del equipo organizador de Luz
Urbana, “el arte no es un anzuelo” y muy por el contrario pretenden crear las
condiciones para que florezcan expresiones innovadoras y genuinas de arte que
generen reflexiones en el ámbito citadino.
Las
posibilidades de desarrollo e impacto hacia la comunidad que tiene un centro
cultural como Luz Urbana son casi ilimitadas.
De momento ya se está pensando en la creación de una sala de literatura
que albergará obras de grandes artistas, exponentes de diferentes géneros. Más
que un sitio para leer, la sala ofrecerá una oportunidad para ejercer el
privilegio del pensamiento como una forma de honrar y exaltar a Dios a través
del intelecto.
Bajo el lema
“pasión por Cristo, pasión por vincular personas a Cristo y pasión por las
artes” los jóvenes comprometidos con Luz Urbana siguen proyectando una completa
agenda para los meses venideros, confiando en que la exposición sincera de sus
valores y el genuino deseo de plasmar la fuerza de su fe, a través de la
creatividad, atraerán a muchas personas que podrán abrirle su corazón a Jesús
sin coacciones ni estrategias artificiosas.
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