El cuidado de la espalda, una cuestión de calidad de
vida
En muchos países latinoamericanos la expresión “tener
buena espalda” es un sinónimo de prosperidad individual. Indica también que la
persona con este atributo atrae sobre sí buenas oportunidades y circunstancias.
Desde el punto de vista de la fisiología, la metáfora parece cierta porque de
la buena salud de la espalda dependen muchos aspectos relacionadas con la
calidad de vida de hombres y mujeres.
Una de las
estructuras más fundamentales y fascinantes del cuerpo humano es sin duda la
espalda. De una manera precisa y sorprendente convergen en ella músculos,
nervios y huesos para darle soporte a la mayor parte de los órganos y sistemas
del cuerpo humano. Por esta razón cualquier impacto que sufra esta sensible
unidad estructural afecta sensiblemente toda la condición del organismo. Particularmente en la edad adulta, las enfermedades
de la espalda pueden mermar la calidad
de vida de las personas que padecen dolencias comunes pero en muchos casos
prevenibles. Por esta razón, desde la más temprana edad posible hay que
entender la importancia de la espalda y desarrollar hábitos para su cuidado.
Cargando el peso de la vida
Contrario a lo que
podría pensarse la habilidad del hombre para caminar y sostenerse erguido sobre
sus dos pies no depende tanto de las extremidades como de la espalda. Por más
fuerza que poseyeran las piernas, sin el sustento de la espalda sería imposible
la proeza del equilibrio. En efecto, la espalda no sólo sostiene el cuerpo y
permite su movimiento sino que además es el factor decisivo para mantener
estable el centro de gravedad del cuerpo. Treinta y tres vértebras, algunos de
los más poderosos músculos del cuerpo y una compleja red de nervios tejen una
asombrosa estructura en cuyo centro yace la médula espinal, que después del
cerebro, es el elemento más importante de la red nerviosa. Esto explica por qué
muchos dolores en extremidades, cuello o cabeza están relacionados con lesiones
que se originan en la espalda. Por lo tanto,
el cuidado de esta parte del cuerpo debe ser una prioridad en las
rutinas de acondicionamiento físico y fortalecimiento de toda persona.
Buenas posiciones, buenas decisiones
Decidir cuidar la
espalda asumiendo buenas posiciones corporales es la primera de una serie de
buenas decisiones para cuidarla y mantenerla funcional durante muchísimos años.
Mientras se está de pie y también cuando se camina es muy importante mantener
una posición en la que se vigile la correcta posición de los hombros,
ligeramente hacia atrás. Siempre será recomendable que el peso que lleve
consigo, en el caso de quienes llevan bolsos y maletines, esté distribuido de
manera uniforme. Las mochilas o backpacks
no deben dejarse sobrecargando un solo hombro, pues este desequilibrio, de
manera repetitiva ocasiona serias lesiones, especialmente en el área lumbar
(espalda baja). Aunque no parezca que tengan relación el calzado también incide
de forma determinante en la buena o mala salud de la espalda. Los tacones muy
altos son sin duda un toque de elegancia que de forma ocasional le viene muy
bien a las mujeres. El problema comienza cuando el uso de este tipo de calzado
es continuo, pues tiene un impacto muy negativo no sólo en la espalda sino
también en algunos órganos internos como los riñones. Cuando la altura de los
tacones excede los 8 centímetros tienen el potencial de ocasionar fuertes
dolores de espalda y deformaciones en la columna que pueden complicar en el futuro
la salud femenina.
Ahora bien, si el
exceso es perjudicial, también lo es el defecto. El calzado completamente
plano, sin al menos un tacón de 2.5 centímetros también puede ocasionar
problemas especialmente cuando la actividad de una persona requiere
desplazamientos continuos caminando.
Durante el día a día en el trabajo
Quienes no se
mueven tanto y llevan una vida sedentaria en la que predominan largas jornadas de trabajo frente a un monitor
o en un escritorio de oficina, también deben vigilar su posición, así como
poner en práctica algunas estrategias básicas de conservación.
Es de suma
importancia disponer de una silla acondicionada ergonómicamente para soportar
debidamente toda la espalda. Ésta debe permanecer recta y para este propósito
resultan útil y muy recomendado un banco pequeño para descansar los pies.
Quizás deba requerir de algún cojín para la espalda baja especialmente si han
sentido dolores lumbares al finalizar el día.
Un buen truco para asegurarse de que tiene la posición correcta al estar
sentado consiste en que sus articulaciones principales asuman un ángulo de 90
grados: sus rodillas, su cadera en relación con las piernas y sus codos, tal
como lo muestra la figura 1. La única excepción en este caso consiste en que
disponga del banco para apoyar los pies, en cuyo caso estos irán ligeramente
inclinados hacia arriba.
De nada servirán estas medidas si la posición de su
cuello no se mantiene erguida. Para esto, ajuste la altura de su monitor de tal
manera que la línea de su mirada coincida perpendicularmente con el borde
superior de la pantalla. De este modo tendrá una mejor visualización y no someterá
su cuello y su espalda a tensiones innecesarias. Algunos muebles de tipo
modular ubican la pantalla de lado, lo cual no debe permitirse pues de este
modo se sobrecarga un lado de la espalda y el cuello, lo cual es un infalible
precursor de dolores y lesiones laborales.
Por muy bien
acomodado que esté trabajando y por mucho que tenga qué hacer, dese el tiempo
necesario para hacer pausas activas. Estas consisten en que usted se levante,
dé algunos pasos y haga algunos ejercicios básicos de estiramiento en los que
relaje sus brazos, cuello, piernas y cintura.
En El portal de la salud.com (http:// http://www.elportaldelasalud.com)
podrá conocer en detalle sencillas rutinas de pausas activas, de tan solo 5
minutos, que pueden hacer mucho por la salud de su espalda.
Durmiendo con el enemigo
Para muchas
personas no resulta del todo fácil controlar la postura en la que duerme, pues
durante el sueño pueden variar de posición en muchas ocasiones. Esto a la larga
resulta benéfico porque la espalda no permanece en tensión siempre, asumiendo
una sola postura. Sin embargo, quienes tiene una forma de más estática de
reposar, podría estar “durmiendo con el
enemigo” que supone una mala postura durante el descanso en la cama. Lo
recomendable para la espalda y la columna es dormir de lado, en posición fetal.
Sin embargo, si usted es de las personas que irremediablemente terminan
durmiendo boca arriba, procure tener un cojín grueso o un almohadón bajo sus
rodillas, de modo que la flexión ligera le brinde un soporte más equilibrado a
su espalda.
Movimientos que duelen
Una creencia errónea alrededor del levantamiento
de objetos pesados consiste en suponer que brazos y piernas tienen la mayor
carga de trabajo durante el movimiento. Si bien es cierto que los conjuntos
musculares de las extremidades intervienen de forma enérgica, la mayor
exigencia recae sobre la espalda que soporta toda la tensión del proceso. Aún para
espaldas fuertes un mal movimiento puede deparar una dolorosa lesión. Cuando
levante objetos pesados, flexione primero sus rodillas de modo que su cuerpo
descienda. Tome el objeto de la manera más segura posible e incorpórese con la
espalda recta, impulsado por sus piernas, tal como se observa en la figura 2.
El mismo principio
de flexión para descender y ascender se aplica al movimiento que debe hacerse
para recoger cualquier objeto del suelo, no importa si es algo tan liviano como
una moneda. Más allá de agacharse o levantar peso, tenga muy en cuenta que la
espalda también sufre cuando usted extiende sus músculos y vértebras más allá
de lo anatómicamente normal. Evite movimientos bruscos, torsiones exageradas y
sobre todo no permita que su espalda adapte, en cualquier posición curvaturas
exageradas.
Espalda preparada, espalda en forma
Pese a la
importancia de los músculos de la espalda, la vida sedentaria y cómoda de la mayoría
de las personas ha hecho que sea también
uno de los conjuntos musculares menos ejercitados. Si a esto sumamos los
problemas de sobrepeso que un porcentaje significativo de la población padece,
entenderemos rápidamente el porqué de la
recurrencia de los problemas de espalda entre la población adulta. De forma general, hacer ejercicio beneficia a
la espalda y a todo el cuerpo. Cuando la práctica regular de actividad física está acompañada de una dieta
balanceada, la pérdida de peso es una consecuencia favorable que la espalda
agradece pues se elimina tensión de más que pone en riesgo su estructura.
Para fortalecer de
forma concreta los músculos de la espalda convienen especialmente deportes como
la natación y el remo. Adicionalmente, se recomienda la práctica de ejercicios
sencillos que pueden hacerse en casa y que son un complemento ideal para la
práctica deportiva.
Existen guías muy
completas en portales como Espalda.org (http://www.espalda.org)
donde se explican con detalles los ejercicios y las secciones específicas que
se trabajan en cada uno de ellos. Algunos dan especial prioridad a los músculos
de la región abdominal que parecieran no tener mucho que ver con la salud de la
espalda pero que, muy por el contrario, están estrechamente relacionados con
problemas de postura o dolor debido a deficiencias en el tono muscular.
Seguir estas pautas de ejercicios
y cuidados, así como mantener un peso saludable, son las mejores formas de
poner en práctica un proverbio muy relevante para el tema y que, por cierto,
involucra a la espalda: “No des la espalda a la sabiduría, pues ella te
protegerá; ámala, y ella te guardará” (Proverbios 4:6). Procurar una la espalda saludable, es en efecto una sabia
decisión que lo hará a usted una persona de "buena
espalda" para disfrutar, sin dolor, de aquellas cosas de la vida en las
que se requiere de movilidad y dinamismo.
0 comentarios:
Publicar un comentario