Talento, inteligencia y belleza sobre los autos más
veloces del mundo
Su tenacidad la ha convertido en la mujer piloto más
exitosa del automovilismo de los Estados Unidos, un mundo muy competitivo en el
que pocos hombres logran destacarse y ni qué decir de las contadas mujeres que
logran una oportunidad. Superando desventajas y críticas sigue adelante en su
empeño por ser cada vez mejor.
La historia y el
destino de Danica Patrick comenzaron a tejerse mucho antes de que ella naciera.
Janet Guthrie, la primera mujer en correr las 500 millas de Daytona en
1976, fue quien se atrevió a romper, en nombre de su género, el celofán de un
mundo deportivo casi exclusivo para hombres. Quizás sin saberlo, preparó la
pista para que otras valientes como Lyn St. James y Sarah Fisher desafiaran la
hegemonía masculina con su delicadeza femenina y demostraran que también ellas
pueden ser pilotos sin perder el encanto. Dos años después de que Janet
corriera su última carrera profesional, en 1982, nació Danica Sue Patrick, en
un país que estaba cambiando pero que todavía veía con recelo a las mujeres
compitiendo detrás de un volante.
Se crió en el seno
de una familia amorosa en la que siempre encontró apoyo para sus sueños. Según
comentó alguna vez en el famoso show de David Letterman, sus padres invirtieron
en ella tiempo, dinero y el mismo sacrificio de sus aspiraciones personales,
especialmente cuando tenían que conducir durante largas jornadas para ir desde Illinois hasta la Florida, donde competía en sus
inicios. Su habilidad en los karts pronto fue más notoria que la belleza de su larga
cabellera negra y al llegar a los 16 años ya era una campeona que no se
conformaba con los éxitos pequeños. Viajó a Inglaterra para perseguir su sueño
sobre las huellas de los grandes y pese a que la decisión significaba dejar la
escuela, siguió contando con el apoyo de su familia. “Tan pronto tuve la edad
suficiente para autos de carrera, me fui a un nivel superior. Me dijeron que
podía aprender más en un año en el Reino Unido de lo que podía en cinco años en
los Estados Unidos”, declaró en una entrevista, durante la cual también recordó
que fue una buena época en la que entreno con figuras del automovilismo de la
talla de Jenson Button y Lewis Hamilton.
En territorio
británico fue una corredora muy rápida que dejaba boquiabiertos a entrenadores
y patrocinadores. Un segundo puesto en el festival de la Fórmula Fort del año
2000 (mejor resultado en competencias europeas para una mujer) y brillantes
participaciones en la Fórmula Vauxhall, hicieron que Danica fuera vista como
algo más que una cara bonita bajo el casco.
A su regreso en
Estados Unidos y luego de seguir ascendiendo en categorías como la Barber Pro y
la Fórmula Atlantic, Danica llegó finalmente a la flamante serie IndyCar, donde
las miradas y las expectativas se centraron en ella.
No hay rosas sin espinas
Quien es ahora una
de las atletas femeninas mejor pagadas de en los Estados Unidos, no siempre ha
tenido al mundo rendido ante sus encantos. Su imagen polifacética como piloto,
modelo y relacionista pública de importantes marcas ha sido un arma de doble
filo que han usado en su contra algunos medios deportivos. Luego de tres años
en la IndyCar, marcados por una notoria sequía de resultados, fue injustamente
comparada con Anna Kournikova, sin tener en cuenta que la tenista rusa compite
en una categoría aparte, en tanto que Danica tuvo que abrirse campo, codo a
codo, contra competidores masculinos. Su encanto ante las cámaras y los jugosos
contratos publicitarios que promocionaron productos con su esbelta figura
acentuaron la imagen de que era una modelo que corría en autos veloces.
Adicionalmente,
algunos sectores de la prensa sembraron dudas y discordias en torno a su
participación, porque según se afirmaba, su bajo peso (48 kilos) le daba la
ventaja de ir más liviana, frente a los demás pilotos. Por fortuna, estos
reclamos fueron desestimados por las autoridades de la categoría y
curiosamente, luego de que se determinó que el peso de vehículo y piloto
debería unificarse y ser el mismo para todos, Danica obtuvo su primera victoria
de la IndyCar en la pista japonesa de Motegi, promediando el 2008.
Además de silenciar
las críticas, esta victoria hizo de Danica la primera mujer vencedora en una de
las instancias superiores del automovilismo. Su triunfo fue tan impactante e
histórico que fue proclamada atleta femenina de los Estados Unidos del 2006. Poco después, logró un lustroso tercer puesto
en las 500 millas de Indianápolis, lo que de paso la convirtió en la mujer
con la mejor figuración en esta mítica
carrera.
Hoy Danica Patrick,
quien a sus 30 años es una de las estrellas de la serie Nascar, está convencida
de que puede dar aún más. Está en una de las categorías que más atención atrae y que más presión pone sobre
los hombros de sus pilotos pero ella parece disfrutar mucho la tensión y la
adrenalina que esto le depara. “No me interesa la Fórmula 1, prefiero
divertirme” afirma cuando se le sugiere la posibilidad de hacer parte de ese
gran show automovilístico y en cambio disfruta la intensidad de una competencia
donde se siente muy exigida, muy retada pero también muy amada por el público y
sus fans.
0 comentarios:
Publicar un comentario