Un acercamiento a la vida de Fernando Arau
Mexicanísimo como los mariachis, alegre como los latinos
y sensible como los artistas. El multifacético Fernando Arau, a quien
Hispanoamérica conoce por su talento y carisma, es el mismo a quien Dios está
usando en escenarios del mundo para decirle a todo tipo de audiencias que la
verdadera risa nace de aquel que tiene el gozo de conocer a Dios.
Fernando Arau nació inmerso en el talento. Si se considera que su padre es el director de cine Alfonso Arau, que su madre es la consagrada coreógrafa Magdalena Corona y que sus hermanos son destacadas figuras del espectáculo, es entonces fácil entender una de las frases con las que Fernando hace reír a sus oyentes mientras empieza a contar su historia: "Yo no nací en una familia sino en un elenco". Y precisamente la vida volátil e inestable de los escenarios fue quizás la causa de que la familia de Fernando viviera una ruptura temprana. Sus padres se divorciaron cuando él tenía apenas cinco años de edad. Como él mismo lo relata, en casa de su abuela, donde terminó viviendo el resto de su infancia, se hablaba mucho de lo artístico pero no se mencionaba para nada a Dios "era una familia muy linda pero ahí no se hablaba de Dios. La palabra Dios no existía, nunca fuimos a la iglesia... nadie decía gracias a Dios, que Dios te bendiga, espero en Dios... ¡creo que ni cuando nos despedíamos decíamos adiós!".
Luces, cámara, acción
Ante la ausencia de
la figura paterna y en medio de algunas carencias afectivas, el mundo del
espectáculo ocupó todos los espacios. Desde los 18 años fue deslumbrado por las
luces de los estudios de Televisa, en la Ciudad de México, a donde llegó
inicialmente para musicalizar promociones. Se movió como pez en el agua y en
calidad de aprendiz por diferentes instancias de la producción; desde lleva
cables hasta editor. Sin embargo, lo que él quería estaba frente a las cámaras
y su primera y breve oportunidad la tuvo como extra en una telenovela en la que
curiosamente interpretaba a una viejita que caminaba a lo lejos. La inmadurez y
algunas llegadas tarde a trabajar hicieron que perdiera ese primer empleo en la
pantalla chica. Sin embargo las expectativas de Fernando rápidamente se
desviaron hacia nuevos e interesantes ámbitos artísticos. Así, un buen día,
decidió que su futuro estaba en el Rock & Roll y aceptó la invitación de su
hermano Sergio para tocar (a veces el bajo, a veces la batería) en el grupo
musical al que bautizaron "La Ley de Herodes".
En pleno delirio
rockanrolero, se dejó llevar también por el arrebato del amor y se casó con
Rosalinda, su esposa y su gran amor con quien ha construido una relación que ya
ha durado 37 años.
Mientras aún
exploraba los alcances de su talento, Fernando descubrió que tenía particular
facilidad para todo lo relacionado con lo teatral. Así supo que era bueno
para la mímica, disciplina artística con la que logró importantes
reconocimientos y que durante algún tiempo se convirtió en el sustento para él
y su familia en las épocas de vacas flacas.
Un mimo que salta a
la televisión
Durante una fiesta
para la que fue contratado como payaso, una persona se le acercó a Fernando y
luego de elogiar su talento le propuso que ingresara al rutilante mundo de la
televisión. Para Fernando más que la puerta de una segunda oportunidad, este
chance prometía la posibilidad de alcanzar la fama. Empezaba la década de los
años ochenta y así debutó en el programa "Noche a noche", espacio en
el también se lanzaría al estrellato la actriz y cantante Verónica Castro. Sin
embargo, Fernando alcanzaría su momento de fama dos años después como actor y
guionista del programa "Cachún Cachún Ra Ra".
A partir de ese
momento la carrera de Fernando Arau se disparó como cohete hacia el exclusivo
firmamento de las estrellas de farándula
mexicanas. Además de figurar en las noticias del entretenimiento por sus
intervenciones como actor, Fernando fue también destacado como presentador,
director de concursos, escritor y hasta músico. En Televisa los créditos de
diferentes producciones rodaron con su nombre por más de 22 años. Al mismo
tiempo, hacían furor sus presentaciones en shows de cabaret, en los que innovó
los stand-up comedy con originales
rutinas que incluían pantomima.
Aunque gozaba de
los elogios del público y la atención de los medios, el matrimonio de Fernando
y Rosalinda no era inmune a las propiedades corrosivas de la fama. "De
pronto me volví famoso y yo abrí muchas heridas en el corazón de mi esposa y de
mis hijos por lo mismo, porque esa fama me deslumbró, pensaba que todo lo que
brillaba era oro y me di cuenta que no".
Un encuentro para sanar las heridas
Mientras las luces
del estrellato causan en algunos el delirio de que son dioses, en Fernando
causaron heridas que lo hicieron sensible al llamado de Dios. Luego de
trasladarse con su familia a los Estados Unidos, una casualidad divina lo llevó
junto con su esposa a una iglesia en la que el predicador anunció que oraría por las parejas que
quisieran sanar las heridas de su pasado. Como alguien sediento que salta
frente a la persona que le ofrece agua, Fernando llegó presuroso con Rosalinda
al altar. Allí experimentó por primera vez el poder de la luz de Dios, bajo la
cual ya no era el protagonista pero sí un hombre que empezó a entender el
sentido de su vida.
Su encuentro con
Dios fue el inicio de muchas transformaciones en las que poco a poco fue
edificándose, sobre la figura pública, el hombre de Dios. Sin duda, las
prioridades en su vida han cambiado y no procura el reconocimiento o los
privilegios que en algún otro momento de su vida pudieron resultarle sumamente
atractivos. Al verse al espejo encuentra en cambio a un ser humano más
satisfecha consigo mismo y que ya tiene claro que el sufrimiento es
consecuencia en gran medida de pretender congraciarse con otros, cuando la
realización y la paz están en agradar a Dios.
Al finalizar
súbitamente su participación en el programa matinal "Despierta
América", de la cadena Univisión, Fernando Arau empezó a recibir un
creciente número de invitaciones para compartir su testimonio y sus
palabras en conferencias, seminarios e
iglesias.
"En estos
últimos dos años y medio yo te puedo decir que literalmente he vivido de la
mano de Dios". Tal afirmación no es sólo metafórica. En efecto, por cuenta
de todo lo que Dios le ha inspirado y que se siente impulsado a compartir,
Fernando ha visitado lugares en los que nunca imaginó estar.
"Llegó un
momento en que dije... creo que esto es lo principal en mi vida". Como él
mismo lo reconoce, compartir su fe a través de su talento parecía el "plan
B" para complementar los tiempos de su vida. "Y en cierto momento
Dios me confrontó y me dijo 'no es el plan B, esto es lo que yo quiero para ti'".
Fama con propósito
La fama ya no es el
motivo de la discordia, especialmente en las relaciones con su familia. El
talento y la fiebre por lo artístico no han cambiado para nada. La diferencia
es que ahora son felices, como lo manifiesta Fernando. Hoy disfruta de una vida
apacible en la que Rosalinda sigue siendo el amor de su vida y en la que sus
hijos, y ahora, su nieto le deparan alegrías.
“Los hombres no
somos tan emotivos como las mujeres pero sí me está encantando tener a mi nieto
y más ahora que tenemos una relación muy buena. Él me ve y ya sabe que yo soy
el desorden. A mí me ubica como en el desorden.”
No obstante, vida apacible
no quiere decir inactiva. Muy por el contrario, Fernando Arau ha logrado ese
equilibrio que es consecuencia de una relación con Dios y ahora asume todos sus
retos con serenidad y entusiasmo a la vez. Ha aprendido a multiplicarse sin
descuidar las cosas esenciales
"Soy
consciente de la persona que tengo que ser y lucho para tratar de ser".
Esta base de autenticidad ha sido el fundamento para preparar lo que bien
podría catalogarse como espectáculos pero que en realidad se trata de
oportunidades para compartir vida abundante. Muchas personas, entre risas y
hasta llanto, han recibido en todo tipo de teatros y auditorios el mensaje del
hombre al que identifican como comediante pero que al final es percibido como
portador de noticias esperanzadoras.
“Yo veo como se
empieza a quebrantar el teatro. Es un llamado imperceptible para ellos y
empiezan a llorar. En un teatro, de tres mil personas se escucha la gente
llorando muy fuerte. Es un ataque severo, una emboscada verdadera del Espíritu
Santo. Él toma el teatro y las personas se empiezan a quebrantar. Esa
conversión es por gracia.”
Luego de éxitos
como "Un viaje de subida",
Fernando Arau prepara una nueva sorpresa para todo el público hispano a la que
ya ha denominado "Risoterapia aplicada".
"Es un
espectáculo que habla de la risoterapia. Y sí existe, un doctor americano que
creó esta técnica a la que llamó así. Yo creo que la risa estimula. Está
comprobado que las personas se sanan más rápido, se les baja el colesterol y se
les quita el estrés".
Su nuevo show
comienza con un tono sobrio y hasta serio en el que pone al día a los
espectadores sobre qué las bondades de la risoterapia. Luego de los formalismos
y la teoría, viene la práctica y el público vive en "risa propia" los
beneficios de todo lo que comparte con tanta gracia Fernando, en su faceta de
comediante.
"Durante todo
el tiempo la gente se ríe mucho y es mi oportunidad para enseñarles cómo se
produce la risa, cuántas técnicas hay: contar chistes, hacer payasadas, los
juegos y el humor involuntario. Los últimos diez minutos de mi espectáculo es
donde yo redirijo los cañones y aviento el mensaje fuerte".
Así como durante su
paso por Televisa, Fernando demostró su capacidad para asumir varios roles de
la producción televisiva, hoy su carácter multifacético sigue intacto y anhela
servir al Señor en proyectos de variada naturaleza. Para él los medios siguen
estando en su radar. "Yo quiero hacer televisión sana para toda la
familia, algo que ya está a punto de extinguirse".
Animado por los
frutos que ha cosechado en la restauración de sus relaciones familiares,
Fernando usa parte de su tiempo para liderar el ministerio "Libres para
amar", el cual contribuye a la restauración de matrimonios y familias.
“El matrimonio en
sí es el reto de socialización mas grande que existe sobre el planeta tierra
porque es un compromiso, un pacto de estar socializando. Un pacto de amar a una
persona. Es muy difícil pero es muy agradable cuando se logra.”
Por si fuera poco,
la vida y el tiempo le dan el margen suficiente para encabezar la Fundación
Fernando Arau, dedicada a recolectar fondos para la atención de niños
especiales que son abandonados en las calles. "Son niños que tienen
autismo, síndrome de down y enfermedades graves ".
Muchas notas
sensacionalistas en los medios que cubren el mundo del espectáculo dan cuenta
de las tragedias personales de figuras públicas que "ríen por no
llorar" como bien retrata una conocida canción de la música popular. El
nuevo Fernando Arau, enseña dentro y fuera de los escenarios que es posible
reír de verdad cuando el gozo de Dios alimenta la risa desde adentro.
"Yo pensé que
era famosos por mi gran talento, mi encanto, mi gracia y mi carisma. Pero no,
ahora entiendo y entendí por qué Dios me
ha preparado y me ha dado este talento, este carisma. Me ha preparado durante
todos estos años como profesional para que a través de la risa me convierta en
un predicador comediante... o quizás en un comediante predicador".
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